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Maestro de Cardona
Pinturas murales de Sant Salvador de Polinyà
- Polinyà, hacia 1122
- Fresco
- Procede de la iglesia parroquial de Sant Salvador de Polinyà
- MDB 401, 402, 403, 404, 405 i 680
La iglesia parroquial de Sant Salvador de Polinyà fue consagrada por el obispo san Olegario en el año 1122, momento en que también se inauguraron sus pinturas murales.
La pintura mural románica adquiere en Cataluña una gran calidad y popularidad, sobre todo a finales del siglo XI y primera mitad del siglo XII. El valor del símbolo, la geometrización de las formas, el antinaturalismo en las figuras, así como la exuberancia ornamental son rasgos característicos de este estilo románico.
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Candelero de pie
- Catalunya, siglo XV
- Hierro forjado laminado
- MDB 421
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Candelero de pie
- Catalunya, mediados del siglo XV
- Hierro forjado laminado y reblado
- Procede de la iglesia parroquial de Collbató
- MDB 422
Habitualmente los altares se iluminaban con candeleros que sostenían cirios encendidos. En el cristianismo, la luz es uno de los símbolos más potentes para referirse a Cristo resucitado, que se hace presente sobre el altar en el pan y el vino. Por eso estos candeleros, magníficas obras de forja, toman un gran protagonismo en la distribución del presbiterio.
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Virgen
- Catalunya, segunda mitad del siglo XII
- Talla en madera policromada al temple
- MDB 259
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Ara de Santiga
- Siglo V (con grafitos posteriores)
- Mármol
- Procede de Santa Maria l’Antiga o Santiga (Santa Perpètua de Mogoda)
- MDB 298 i 299
El ara de altar de mármol de Santiga, atribuible a la época paleocristiana, es la que se utilizó en la iglesia prerrománica desde que se erigió en el período carolingio y al menos hasta el siglo XII. Se trata de una pieza que perteneció a un templo anterior, reutilizada con motivo de la construcción y consagración de la iglesia prerrománica.
ICONOGRAFÍA DE LAS PINTURAS DE POLINYÀ
El trono de la Maiestas Mariae, en el semicírculo del ábside, representa a la Virgen sedente con el Niño, flanqueada por dos árboles, seguramente símbolos de la Antigua y la Nueva Alianza. Esta representación se corresponde con la ventana en la parte alta de la que se dibuja el Agnus Dei dentro de un medallón crucífero. En la parte baja del ábside se representan episodios de la vida de Jesús. De izquierda a derecha: la Visitación, la Anunciación, la Natividad con el baño de Jesús y la Anunciación a los pastores.
El arco toral incluía, en el muro meridional, varias figuras de santos, de las cuales sólo se conserva una, que representa a un santo obispo con el distintivo del palio y la mano con el gesto de bendecir.
El primer tramo de la bóveda de la iglesia presenta la teofanía de la Maiestas Domini rodeada por los símbolos de los cuatro evangelistas (solo quedan visibles el águila nimbada de san Juan y el toro alado de san Lucas). Entre estos símbolos se encuentran tres pequeños edificios, cada uno con una cruz encima, que representan tres de las siete iglesias de Asia.
Esta decoración, extraída del Apocalipsis de san Juan, continuaba por los muros abiertos por ventanas. Sólo nos ha quedado la parte correspondiente a la Epístola. Sobre las bandas blanca y rojiza, tenemos el Agnus Dei en medio de la composición, acompañado de los siete candelabros (septem candelabra), que, seguramente, mostraba los siete ojos del relato bíblico, tal y como lo hace en el Libro de los siete sellos, en el que todavía se puede leer la inscripción: «AGNUS DEI QUI ES IMOLATUS PRO SALUTE N[OSTRA».
En los extremos de los jinetes del Apocalipsis hay unas figuras aladas coronadas. El segundo jinete nos enseña la balanza, el cuarto jinete atraviesa con una gran lanza a una criatura con rostro humano y otros hombres y animales se ven atrapados entre las patas de sus caballos. En la parte superior de este jinete se aprecian restos de una figura en la que se lee la palabra “Inferno”.
En la iglesia de Polinyà se desarrollan también escenas de la vida de Cristo, entre las cuales un bello episodio que representa a Jesús ante Pilato.
Estamos ante un ciclo iconológico completo que explica el advenimiento de Cristo y su regreso al final de los tiempos.
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Pila de agua bendita
- Siglos XII- XIII
- Piedra
- MDB 397
Situada en la entrada de la iglesia, contiene el agua bendita, símbolo de purificación, con la que se persignan los fieles haciendo la señal de la cruz para recordar el propio bautismo.
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Majestad
- Hacia 1200
- Talla en madera
- Procede del Rossellón?
- MDB 297
Este tipo de tallas también reciben el nombre de Cruz triunfal o Majestad en la talla románica catalana. Este esquema iconográfico recuerda a los cristianos el triunfo de Cristo sobre la muerte, representado con los ojos abiertos y vestido con una túnica probablemente policromada con colores vivos, ahora perdidos. La Majestad no se representa sufriendo y muriendo, sino triunfante y coronada (aunque en este caso no lo está).
Las majestades se situaban bajo el arco de entrada al coro, llamado arcado triunfal, a veces colgado del arco con cadenas, o bien sobre una viga travesera del arco. También podía ir colocada en el altar.
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Báculo del abad Guerau Clasquerí
- Catalunya, finales del siglo XIII
- Talla en madera dorada y policromada
- Procede del Monasterio de Sant Cugat del Vallès
- MDB 102
Probablemente el báculo tomó carácter litúrgico en tiempos de la reforma gregoriana (siglo XI), aunque como pieza litúrgica no es conocido hasta el siglo XII. Obispos y abades podían utilizar esta enseña cuando estaban en su jurisdicción, y simbolizaba su labor como pastor que guía al pueblo. Todavía hoy el báculo es entregado al nuevo obispo con estas palabras: «Recibe el báculo, que significa el oficio pastoral; y vela por todo el rebaño, ya que el Espíritu Santo te ha constituido obispo para que pastures la Iglesia de Dios.»
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Visitatio diversarum eclesiarum de anno 1303
- 1303
- Volumen en papel, encuadernado en pergamino
- 245 x 170 mm
- ADB, Visitas pastorales, vol. 1/1
Las visitas pastorales son un documento de gran valor para conocer detalles de la vida religiosa y política en la diócesis. Ésta es la primera visita de nuestra diócesis, realizada por el obispo Ponç de Gualba, y una de las primeras del mundo. Contiene una interesante relación de parroquias, y el tema principal es la moralidad de sacerdotes y feligreses. El obispo Ponç de Gualba hizo más de dos mil tonsuras; este dibujo indica las dimensiones que debían tener. Algunos clérigos tonsurados optaban después por casarse, y eran denominados clerici uxurati (clérigos casados). En una sociedad muy sacralizada, era habitual recibir la tonsura clerical, optando así al privilegio clerical. De modo que, de ser juzgados, podían pedir que fuera por un tribunal eclesiástico, que siempre era más benigno.
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Frontal de Santa Perpètua de Mogoda
- Hacia 1300
- Temple sobre madera
- Procede de la iglesia parroquial de Santa Perpètua de Mogoda
- MDB 400
Estas tablas policromadas se anclaban en el suelo y en la mesa del altar, de modo que durante las celebraciones los fieles podían contemplar la obra e ir interiorizando el mensaje. Posteriormente se cambió su posición y se situaron en el muro detrás del altar, como primitivos retablos, siendo el antecedente más antiguo de los majestuosos retablos góticos.
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Hostiero
- Siglo XIV
- Hierro forjado y estampado con molde
- MDB 308
Estas curiosas vasijas eran conocidas a finales del siglo IX y a menudo son citadas en las primeras visitas pastorales del obispo Ponç de Gualba (1309). Servían como moldes para hacer con pasta de pan las hostias sagradas con las que comulgan los fieles durante la celebración de la misa.
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Fr. Enrique Flórez de Setién
España sagrada, vol. XXIX
- Madrid: Imp. José Rodríguez, 1859
- Mapa del obispado de Barcelona dibujado por Francisco Xavier de Garma y Durán hacia 1770, y grabado por el cartógrafo Tomás López.
En el siglo XIV aparecían los decanatos del Vallès y del Penedès, y poco después el de Piera. Las zonas que quedaban fuera integraban el Oficial. Los decanatos u oficialados foráneos participaban por delegación episcopal de una jurisdicción restringida del ordinario, de modo que los fieles de aquellas demarcaciones podían acudir a ésta para realizar algunas gestiones administrativas eclesiásticas sin tener que ir a la curia de Barcelona. Hacia 1770, Garma señala en su mapa los hitos de referencia en los límites de los decanatos.
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San Román, compartimento de retablo
- Catalunya, tercer cuarto del siglo XIV
- Pintura al temple sobre madera
- Procede de la iglesia parroquial de Santa Maria de Miralles
- MDB 42
A lo largo de la baja Edad Media, el culto a los santos, y sobre todo a sus reliquias, se extendió mucho por toda la cristiandad. La devoción popular llevó a construir capillas en las iglesias y al desarrollo de los retablos y otro mobiliario litúrgico que servía para contener las imágenes, ya fueran pintadas o esculpidas.
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Crucifijo
- Catalunya, finales del siglo XIII
- Talla de madera policromada
- MDB 307
Es una representación del Crucificado sufriente (Christus patiens), que nos presenta una mirada dolorosa y humanizada de Cristo, en contraposición a la figura de la Majestad, en que se representa la naturaleza divina de Jesús.
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Virgen de Santa Maria de Toudell
- Catalunya, siglo XIII
- Talla en madera policromada
- Procede de la iglesia de Santa Maria de Toudell (Viladecavalls del Vallès)
- MDB 273
La escultura románica en madera se difunde en Cataluña sobre todo a partir del siglo XII. Las tallas policromadas, que representan con mucha frecuencia a la Virgen con el Niño, son de carácter rígido, marcadas por la frontalidad compositiva, en la que la Virgen se presenta como Trono de Sabiduría (Sedes Sapientiae), con el Niño sentado en el regazo.
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Cruz procesional de Sant Pere de Riudebitlles
- Hacia 1300
- Cristal de roca tallado y cobre dorado sobre alma de metal
- Procede de la iglesia parroquial de Sant Pere de Riudebitlles
- MDB 154
A pesar de ser poco conocidas, las cruces de cristal de roca en monasterios, parroquias y catedrales catalanas son bastante frecuentes entre los siglos XIII y XIV, y es habitual encontrarlas citadas en los inventarios de las visitas pastorales (crucem cristallinam). Servían especialmente para los entierros de albats (niños).
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Virgen de Sant Pau del Camp
- Catalunya, finales del siglo XIII – siglo XIV
- Talla en fusta policromada
- Procede del Monasterio de Sant Pau del Camp de Barcelona
- MDB 268
En las vírgenes románicas, la policromía tenía la finalidad de dotarlas de un mayor naturalismo y resaltar sus rasgos expresivos o su ornamentación. Aparte de la función devocional, las tallas tenían un papel activo en la liturgia de la época, dado que podían presidir procesiones.