Barcino, Barchinona, Barcelona
Una ciudad, un obispo, un territorio
A finales del siglo III, el emperador Diocleciano realizó una nueva distribución territorial del Imperio romano: desde ese momento se dividirá en dos demarcaciones, el Oriental y el Occidental, y cada una de ellas en diócesis y provincias . A partir de esta división territorial, la Iglesia se fue configurando y distribuyendo por todo el Imperio; también aquí, en la Tarraconense, donde la capital de la provincia será Tarragona (Tarraco) y habrá algunas diócesis –sus episcopales– que nacerán posteriormente, como Barcino en el siglo IV y Égara en el siglo V.
Esta organización territorial –con algunos pequeños cambios– se mantuvo hasta el 15 de junio de 2004, momento en que el papa Juan Pablo II erigió dos nuevas diócesis: Sant Feliu de Llobregat y Terrassa, convirtiendo Barcelona en sede metropolitana y estas dos en sus sufragáneas.
A lo largo de los siglos, la parroquia ha sido y sigue siendo una institución fundamental en la historia de la Iglesia y en la de la propia cultura, porque ha ido configurando el territorio, los pueblos y la gente tal y como los conocemos hoy. Gracias a las peculiaridades de cada zona, el mapa de parroquias de la antigua diócesis de Barcelona forma un rico mosaico geográfico, humano y cultural, una buena muestra de la que podemos ver en el Museo Diocesano de Barcelona.
Barcelona en la calle
Ver y ser visto. La procesión de Corpus
Coincidiendo con esta festividad e inmersos en las celebraciones de los 700 años de la primera procesión de Corpus documentada en Barcelona, el Museo Diocesano inaugura esta exposición comisariada por Amadeu Carbó y Nil Rider. A través de una selección de algunas de las obras más importantes de la colección del Museo, la muestra nos acerca a esta festividad, su larga historia y la manera como, desde época medieval, sus procesiones –que variarán el recorrido en varias ocasiones a lo largo de 700 años– han convocado a toda la sociedad barcelonesa a salir a la calle para participar en ellas, siempre de manera ordenada, en el orden de precedencia que corresponde: desde los tullidos, hasta el conde y el obispo, todo el mundo tiene su sitio.
La exposición también recoge elementos del patrimonio inmaterial como el «Ou com balla», la presencia de entremeses festivos como los gegantons del Pi, una colección de figuritas de plomo para jugar a la procesión y una tabla policromada de autor desconocido donde aparece representado el séquito procesional del año 1793.
En el espacio “La pieza invitada” se expondrán a lo largo del año objetos o documentos que complementan los contenidos de la exposición, sobre las fiestas de Corpus en otros lugares o singularidades de esta solemnidad.
La fachada de la catedral 1408-1913
Historias singulares entorno a la escultura
La exposición, consagrada al proyecto de construcción de la fachada neogótica de la Catedral de Barcelona, abre una ventana al proyecto arquitectónico y su parte escultórica, en la que tiene un peso preponderante la figura de Agapit Vallmitjana i Barbany (1832-1905).
La muestra propone descubrir uno de los espacios arquitectónicos y programa iconográfico más emblemáticos y representativos de la ciudad, situado en un edificio religioso de singular envergadura para el paisaje cultural. Recorreremos una historia en la que se entrelazan el mundo contemporáneo y el medieval, la belleza y la técnica, el mecenazgo y el arte. Asimismo, el visitante será partícipe de episodios concretos que se escapan de los grandes relatos, poniendo el énfasis en la parte humana y las historias personales que configuran los particulares de la historia. Se trata de las «historias singulares» de la Catedral.
Organizada por la Catedral de Barcelona y el Museo Diocesano de Barcelona, junto con la Universidad de Barcelona, e inaugurada en el marco de las actividades del Any Vallmitjana (2019).