Coincidiendo con esta festividad e inmersos en las celebraciones de los 700 años de la primera procesión de Corpus documentada en Barcelona, el Museo Diocesano inaugura esta exposición comisariada por Amadeu Carbó y Nil Rider. A través de una selección de algunas de las obras más importantes de la colección del Museo, la muestra nos acerca a esta festividad, su larga historia y la manera como, desde época medieval, sus procesiones –que variarán el recorrido en varias ocasiones a lo largo de 700 años– han convocado a toda la sociedad barcelonesa a salir a la calle para participar en ellas, siempre de manera ordenada, en el orden de precedencia que corresponde: desde los tullidos, hasta el conde y el obispo, todo el mundo tiene su sitio.

La exposición también recoge elementos del patrimonio inmaterial como el «Ou com balla», la presencia de entremeses festivos como los gegantons del Pi, una colección de figuritas de plomo para jugar a la procesión y una tabla policromada de autor desconocido donde aparece representado el séquito procesional del año 1793.

En el espacio “La pieza invitada” se expondrán a lo largo del año objetos o documentos que complementan los contenidos de la exposición, sobre las fiestas de Corpus en otros lugares o singularidades de esta solemnidad.